El Primer Renacimiento se caracteriza por el optimismo general de la sociedad y las influencias europeas, aunque se continúa con la tradición medieval, aparece con fuerza una corriente lírica italianizante.
Esta nueva sensibilidad poética- la lírica renacentista- aborda otros temas, con nuevas formas de métrica y estilo natural y sencillo, inspirado clásicamente.
Garcilaso de la Vega (1501-1536), es el renovador de la lírica castellana y el mayor representante de la lírica del Primer Renacimiento.
Los continuos conflictos bélicos con otros países europeos arrastran a España a una etapa de decadencia con gran reflejo en la literatura.
La Contrarreforma impulsada por el concilio de Trento, fija la orientación de la Iglesia, en una época de gran debate religioso.
La preocupación nacional y la reflexión filosófica y religiosa serán los principales temas de escritura.
Aparecerán tres corrientes poéticas: la mística y las escuelas sevillana y salmalatina.
Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, son dos de los más representativos autores de la poesía mística.
Y Fray Luis de León es uno de los más representativos de la escuela sevillana.
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